Las
emociones son sensaciones internas que provoca nuestro estado físico mental que
nos indican, en cada momento, nuestra forma actual de mirar la vida.
El
enfado, por ejemplo, nos indica que hay algo que no terminamos de aceptar,
comprender o integrar en nuestra vida. La ansiedad nos ayuda a comprender que
estamos enfocando nuestra vida en el futuro y que estamos dejando de lado lo
que está pasando aquí y ahora.
Toda
emoción tiene un mensaje y la práctica de yoga nos ayuda a saber gestionar cada
una de ellas de la forma más sabia y saludable posible.
En
el yoga se trabaja mucho la respiración consciente y la observación corporal constante.
Todo esto nos permite ser conscientes de cualquier emoción que surja con mayor
rapidez de lo normal, pudiendo gestionar este proceso con mayores posibilidades
de éxito.
Cuando
surge una sensación y esta comienza a convertiste en una emoción, que no es
otra cosa que la respuesta físico mental hacia una experiencia que estemos
viviendo en nuestra vida, aprendemos a tomarla con más atención y el tiempo que
tenemos para gestionar dicha experiencia es mayor, no sólo por que estemos más
pendientes, sino, por que contamos con recursos mentales (dado que el yoga
aporta creencias que nos ayudan a gestionar mejor nuestra vida, mejorando la
capacidad de comprensión de la mente y su funcionamiento) para lograr aplacar,
canalizar y digerir dicha emoción de forma saludable.
Los
tres pasos que vamos a seguir cuando surja una emoción son:
- Respiro con profundidad y calma.
- Observo la emoción y proyecto el pensamiento "las emociones son mis guías. Ellas me indican que debo recordar que yo soy el único responsable de cómo vivo lo que ocurre en mi vida".
- Desde esa comprensión, acompañamos a la emoción para que siga avanzando. Como el vigilante que acompaña a alguien que se ha colado en la fila del metro, con tranquilidad, pero con control y cariño. Viviendo dicha emoción, no como algo nuestro, sino, como una respuesta a la experiencia que estemos viviendo, aportando una visión sabia y amorosa para que surja sin hacernos daño y sin dañar a los demás.
Esto
sólo podemos comprenderlo desde la experiencia, por lo que te animo a integrar
la practica de yoga en tu vida y a ir integrando, poco a poco, los recursos
mentales que tu profesor te vaya haciendo llegar para que tu cuerpo y tu mente
caminen en armonía y tus emociones sean una guía y no un obstáculo para saber
que están mirando desde el cristal adecuado.
Un
abrazo.