¿Cuánto
tiempo llevas sin reír de verdad? ¿Y sin soñar?
¿Acaso,
como aquel elefante que ya no intentó tirar de la pequeña cuerda que le ataba a
la estaca, has dejado de escuchar la voz interior de tu corazón?
Una
cosa es vivir en un sistema opresor, otro es rendirnos y asumir las “verdades”
que nos llegan a través de él. Tú sabes que eres un alma libre, pero has
olvidado el lenguaje del corazón, ese que siempre habla desde el deseo de
jugar, de sentir la libertad de vivir, desde la auténtica sinceridad.
Por
favor, deja que se exprese, déjalo volar y abrazar la vida, déjalo vivir a
pesar del miedo que tu mente le pone delante, pues, el niño que vive en nuestro
interior lleva tanto tiempo encarcelado que se quiere morir.
Una
de las formas en las que le impedimos vivir la vida es permaneciendo en un
trabajo que no nos gusta, prolongando una relación basada en la mentira,
rechazando sus prioridades esenciales, como es hacer en cada instante de forma espontánea
lo que le dicta el corazón… ¿Vas a dejar morir al niño que llevas dentro?
Haz
esa llamada a tu hermano a pesar de que tu compañero espiritual esté en contra,
vete a ese país que tanto deseas ver, cómprate ese traje que tanto deseas
tener, disfrázate de lo que siempre has querido, ríe con libertad pues, ¿no es
acaso la seriedad utilizada en exceso sin que nadie diga nada en contra? Vamos
a equilibrar un poco las fuerzas, vamos a volar un poco, que nuestros jóvenes corazones
están muriendo y necesitan que alguien, como tú y como yo, les eche una mano.
Que
no te pase como a aquel juez ruso que antes de morir le dijo a su mujer “tengo
la sensación de que no he vivido mi vida”…