La
sensación de paz interior es la más bella experiencia que un ser humano puede
experimentar. En los tiempos que vivimos, dicha sensación es una de las más
demandadas, debido al frenético ritmo al que nos movemos. Todo corre tratando
de superar los hitos que el sello del “éxito” pone en el sendero, obligando a
continuar acelerando los procesos naturales de la vida, perdiendo así la
posibilidad de sentir paz y calma.
No
es extraño que despidamos el año diciendo cosas como “espero que el próximo sea
mejor” “que el próximo año consiga lo que en este no he podido” o “más amor, salud
y dinero para el próximo año”, pero en el fondo nuestro problema reside en que
vivimos tan acelerados que no sabemos agradecer y adorar cada instante como el
verdadero regalo de la vida, no somos capaces de disfrutar de lo que ya nos
rodea en el momento presente. Ese año que estamos despidiendo ha estado, aunque
no sepamos verlo ahora, lleno de oportunidades de crecimiento para todos, por
la sencilla razón de que dicha posibilidad se da siempre en el momento presente
y está siempre a nuestro lado.
La
práctica de yoga aumenta tu capacidad de percibir el momento presente, de estar
aquí y ahora. Una de las cosas que más se pone en juego en este arte es la de
llevar la atención a la respiración. Cuando uno presta atención a la
respiración, conecta rápidamente con la primera y más básica necesidad humana,
lo que te hace conectar con el sentimiento de bienestar instantáneamente. Prestar atención a la
respiración, frena el ritmo permitiéndote nacer al momento presente. La
profundidad del bienestar que puedas llegar a sentir depende del tiempo y la
forma en la que lo practicas mientras haces yoga.
Dentro
de la práctica, las diferentes posiciones que se van desarrollando en una
sesión de hatha yoga, nos invitan a seguir trabajando esa conexión con la
respiración. Lo que ocurre cuando desarrollamos una posición de hatha yoga es
que unimos tres sensaciones a la vez: la de respirar conscientemente, la de
sentir el cuerpo y su existencia y la de recoger y sentir el placer que se
manifiesta cuando deshaces la postura y sientes todos sus efectos secundarios.
En
todas las posiciones hay que trabajar, como primer elemento esencial, la
profundidad, el ritmo y la atención sobre tu respiración. Ese es el elemento
más importante de la práctica de hatha yoga, la respiración. Luego viene la
técnica con la que se ejecuta cada postura, el tiempo que nos mantenemos en
ella. Otro elemento es el tipo de posiciones que utilizamos dependiendo de nuestros
diferentes estados físicos, mentales, emocionales y energéticos.
De
ahí que lleguemos a la conclusión que el músculo más importante del yoga, por
encima de todos los demás, el cual, trabaja en todas y cada una de las ramas
del yoga, tanto a nivel físico como mental, sea el diafragma.
Si
deseas ralentizar tu ritmo de vida, si deseas aumentar tu capacidad de percibir
la realidad en la que estás, si deseas estar bien contigo y con los demás, si
deseas aumentar tu nivel de bienestar, deja de desear, pues ya dijo Buda que
este es uno de los motivos del sufrimiento y añade una práctica personal a tu
vida que te ayude a elevar tu atención sobre la respiración. Tú ya eres libre,
alma, y sólo necesitas dejarte expresar en el momento presente y para lograrlo debes utilizar la senda que te lleva a la libertad, la respiración consciente.
Un
inmenso abrazo.