Realización:
Nos situamos en medio de la esterilla y abrimos las piernas con los pies
paralelos. Introducimos retroversión de cadera para enderezar la espalda. Desde
ahí elegimos el lado sobre el que deseamos comenzar a trabajar e iniciamos la
inclinación lateral. En ella, el cuerpo debe permanecer en todo momento en el
plano lateral que marcan talones, cadera y hombros. El hombro que queda encima
tendrá que buscar la posición más cercana a estar sobre el que está debajo y la
palma de la mano del brazo que dibuja la media luna mirará hacia el suelo.
Tiempo:
Este asana, aunque aparentemente parezca sencillo, es muy intenso y
tendremos que ir poco a poco adaptándonos a sus exigencias. Por ello, iremos de
15 segundos a 20, 25 y 30 segundos hasta poder mantenerla unos 45 segundos. Una
vez que hayamos hecho un lado podemos ir hacia el centro para desarrollarla
hacia el lado contrario. Sólo la haremos una vez cada lado, ejerciendo la
paciencia suficiente como para ir progresando sesión a sesión en el tiempo.
Beneficios de
la postura:
Este asana tiene inmensos beneficios.
En ellos, es una posición en la que fortalecemos las caderas y músculos
internos de la zona pélvica. El glúteo es un músculo que colabora con
intensidad en este asana, en ambos lados. El estiramiento del dorsal,
iliocostal, cuadrado lumbar, transverso y oblicuo es intenso, además de
trabajar de forma completa sobre los erectores de espalda. El trapecio es un
músculo que puede ser estirado con intensidad, en casos de tensión excesiva o
lesión “crónica” si efectuamos el asana sin mover ningún brazo haciendo que la
mano del que dibuja la media luna, se estire todo lo que podamos desde su
posición normal.
Los riñones son los órganos que
reciben con más intensidad el efecto de todos los asanas laterales. Si
prestamos atención a la posición veremos como los órganos abdominales reciben
presión y estiramiento en cada uno de los lados. Por ejemplo, el hígado se
estira cuando vamos hacia la izquierda y se contrae hacia la derecha. De esta
forma hacemos participar a los órganos en la posición.
El yoga es un arte que trabaja todo el
cuerpo, todos sus componentes, haciendo participar, de igual forma a la mente.
Esta es una de las razones de que sea la práctica más antigua y poderosa que el
ser humano ha venido practicando desde hace más de cinco mil quinientos años.
Un abrazo lleno de luz, hermanos míos.