sábado, 16 de julio de 2011

CUARTO PASO: LA TONIFICACIÓN

 

  La tonificación o "calentamiento" como lo conocemos muchos, es una forma de preparar el cuerpo antes de hacer un trabajo corporal. 

  En el vídeo que adjunto y la descripción escrita posterior explico cuál es la que propongo para las clases de yoga, la cual, espero que sirva de referencia a los que ya habéis asistido a mi taller "tu sesión de yoga", a los que queréis empezar a crear un hábito personal o a los que ya sabéis desarrollar una sesión y estáis abierto a introducir o probar esta forma de comenzar. 

  Dentro de la misma sería interesante llevar la atención a la respiración y ampliar nuestra capacidad de observarnos con mucha atención para captar y disfrutar de las distintas sensaciones que el cuerpo, siempre generoso cuando se le presta atención, manifiesta. 

 





TONIFICACIÓN

La tonificación va a constar de los siguientes movimientos dinámicos que deben ser realizados con la máxima concentración que nos sea posible, de forma relajada, suponiendo un máximo de diez minutos de nuestra sesión.

  1. Tumbado boca arriba elevamos las rodillas con las piernas flexionadas y las dejamos caer por su propio peso hasta que las plantas golpeen el suelo.
  1. Continuamos elevando rodillas y estirando las piernas activando el cuadriceps, flexionando, apoyando las plantas suavemente en el suelo y estirando las piernas hasta que tomen contacto con el suelo.
  1. Volvemos a flexionar las piernas sobre el abdomen, rodeamos con las manos-brazos las piernas, relajamos el cuello apoyando la cabeza en el suelo y balanceamos lateralmente el cuerpo sin dejar que el cuerpo caiga hacia el suelo.
  1. Situamos los brazos en cruz con las palmas hacia arriba, apoyando las plantas de los pies en el suelo con las piernas flexionadas y desde ahí inclinamos ambas rodillas juntas hacia ambos lados lentamente contando diez movimientos.  
  1. Dejamos las rodillas en el lado izquierdo y comenzamos a mover el brazo derecho dibujando un movimiento circular hacia encima de la cabeza estirándolo completamente y con la mano en constante contacto con el suelo. Cambiamos de lado.
  1. Nos apoyamos en el antebrazo derecho con la palma de la mano hacia el sueño y activando el deltoides (músculo del hombro). Estiramos las piernas poniendo la izquierda (como pide la postura) encima de la derecha, dibujando una línea recta desde el talón derecho, pasando por la cadera hasta el codo derecho, para, desde ahí comenzar a hacer un movimiento con la pierna izquierda en ocho tumbado o infinito y pasamos el otro lado cuando hayamos hecho cinco veces el movimiento.
  1. Nos sentamos con las piernas abiertas y las puntas de los pies hacia arriba. Desde ahí, haciendo un movimiento de anteversión de cadera (la cadera o cintura se mueve hacia delante con respecto al pubis o isquiones que van hacia atrás) dirigimos el cuerpo frontalmente hacia una y otra pierna con suavidad, para pasar a un movimiento lateral una vez hecho diez cinco veces cada lado.
  1. Seguimos sentados y ponemos el pie derecho sobre la pierna izquierda estirada para calentar los tobillos haciendo rotaciones ayudándonos con la mano. Cambiamos de lado. Continuamos con las caderas, haciendo movimiento de rotación y finalizando al estirar la pierna hacia arriba y atrás con mucho cuidado. 
  1. Cruzamos las piernas y seguimos calentando las muñecas con los brazos estirados. Haremos movimientos circulares, hacia arriba y abajo, lados, abrir y cerrar manos.
  1. Pasamos al cuello, con el que haremos movimientos hacia arriba y abajo, lados, lateral (oreja al hombro) y circulares.
  1. Aquí pararemos un minuto y prestaremos mucha atención a la respiración y al recorrido de calentamiento que hemos hecho hasta el momento.
  1. Seguimos con la ola: Nos ponemos a cuatro patas, apoyando las palmas en el suelo imitando la anchura de los hombros, al igual que con las rodillas, asegurándonos de que la rodilla y la cadera están verticales con respecto al suelo. Desde ahí arqueamos la espalda hacia arriba y llevamos la barbilla al pecho con los brazos estirados. Flexionamos brazos y cuando los antebrazos estén cerca del suelo, arqueamos la espalda hacia abajo y la nuca hacia la espalda a la vez que estiramos de nuevo los brazos. De estar forma habremos hecho un movimiento completo. Hacemos cinco.
  1. Desde la posición de cuatro patas vamos a dibujar una uve invertida con el cuerpo, con los pies juntos. Llevamos el peso hacia la punta de los pies, a la vez que estiramos las piernas elevando el glúteo hacia arriba manteniendo los brazos estirados y el cuello recto con respecto a la espalda. Mantenemos diez segundos.
  1. Caminamos con las manos hacia los pies hasta ir recuperando la posición de pie, lentamente. Continuamos el movimiento hacia atrás y de nuevo hacia delante y abajo, hasta donde podamos, pero suavemente.
  1. Desde de pie, con las manos en la cintura, hacemos movimientos de torsión, con los codos y hombros hacia ambos lados y sin mover la cintura si es posible. Como si intentásemos mirar hacia atrás.
  1. Últimos movimiento, lateral hacia ambos lados, suave.
  1. Terminamos de pie, llevando la atención a la respiración, relajando el cuerpo todo lo posible, utilizando la energía mínima para estar de pie un par de minutos.
   Pronto os haré llegar el quinto paso.

   Un abrazo infinito.

jueves, 14 de julio de 2011

TERCER PASO

  En este nuevo paso debemos seguir completando nuestro recorrido, añadiendo a la sesión los asanas que van a ser la columna vertebral sobre la que se base la actividad en sí.
  En primer lugar debemos asimilar que la sesión va a estar compuesta por varios tipos de asanas y dentro de ellos habrá cinco que serán la base de nuestro trabajo:
  1. Asanas frontales o de movimiento del tronco hacia delante. 
  2. Asanas traseros o de movimiento hacia detrás. 
  3. Asanas laterales.
  4. Asanas de torsión.
  5. Asanas de inversión.
  Además de estos, podemos añadir con el tiempo otros tipos de asanas como son los de equilibrio y fuerza o la combinación de ambos para trabajar con más intensidad otras facetas personales, por que, no debemos olvidar que el cuerpo y la mente están extrechamente relacionados y que cuando incidimos en uno de ellos, el otro se ve directamente afectado. 
  No obstante y antes de seguir con los asanas y la configuración de la sesión personal, asegurate de que la tonificación o el calentamiento, como desees llamarlo, es completo y el efecto secundario es bueno. Es decir, ahora lo importante es que, una vez que tienes el lugar, has decidido la hora y has tomado el compromiso, debes prácticar la tonificación hasta que sepas hacerla con los ojos cerrados y llevando tu atención a todo lo que estás haciendo, a los músculos, tendones, ligamenteos, aparato respiratorio, circulatorio, linfático, nervioso, organos y demás.  
 
  Que la luz ilumine tus pasos.

 

miércoles, 13 de julio de 2011

SEGUNDO PASO

  Si ya has comprendido que para lograr adquirir los beneficios del yoga debes asumir el compromiso de construir cada uno de los pasos, estásn en el buen camino. 
  Ahora es el momento de ver cómo va a ser la sesión que vamos a realizar, enfocando nuestra labor a crear el hábito que tantos beneficios nos va a traer, no solo en el aspecto físico, sino, en el mental.
  La sesión está compuesta de tres partes:
  1. Tonificación.  
  2. Asana.
  3. Relajación.
  En este nuevo paso, vamos a trabajar sobre la tonificación, para, más adelante, seguir configurando tu sesión.
  La tonificación es una serie de movimientos con los que vas a preparar el cuerpo para la realización de los asanas o movimientos constituyentes del yoga. 
  Create una serie de movimientos a tu medida para calentar todo tu cuerpo, de manera suave llevando tu atención a lo que estás haciendo. De esta forma, además de tonificar, irás adquiriendo la dulce habilidad de estar presente. 
  Al final de la tonificación te sugiero que permanezcas unos minutos con los ojos cerrados llevando tu atención a la respiración y a las diferentes sensaciones que te haya producido la tonificación. 
  Ahora debes ponerte a configurar tu tonificación, comprendiendo que para construir una vida llena de presencia y poder bien utilizado, debemos construir la casa comenzando por los cimientos. 
  Te veo en el siguiente paso y te recuerdo que para conseguir lograr el éxito en el arte del yoga, tienes que hacer LO QUE TIENES QUE HACER, que no es otra cosa que seguir los pasos y ponerte a practicar día tras día.

  Que la paz sea contigo.
   

martes, 12 de julio de 2011

PRIMER PASO

  Si estás interesado en mejorar la calidad de tu vida y has decidido que el yoga va a ser tu camino, comprométete con la decisión que acabas de tomar y apuesta por la disciplina, la constancia y la fe para lograr los mejores resultados. 

  Lo primero que debes hacer es elegir un lugar intimo donde vas a realizar tus sesiones. Dicho lugar debe ser un sitio ordenado, limpio, semiluminoso (ni muy oscuro ni muy luminoso) ventilado, aunque a la hora de prácticar debe poder cerrarse para evitar que nadie pueda interrumpir tu sesión. 
  Una vez elegido el lugar donde vas a hacer yoga, debes elegir la hora habitual (siempre la misma) en la que vas a desarrollar tu práctica. 
  Una vez que tengas el lugar y hayas decidido la hora a la que vas a hacer yoga, debes asumir el compromiso de prácticarlo todos los días, pase lo que pase, como primer y único compromiso dirario por el bien tuyo y de los demás. 
  Si ya has encontrado y preparado el lugar donde vas a prácticar, la hora a la que vas a hacerlo y asumido que debe ser tu primera prioridad a partir de ahora, vas a necesitar una herramienta de trabajo que llamaremos "antideslizante" con el cual vas a mantener una larga relación y sobre el cual vas a apoyar todos tus pasos.
  En cuanto hagas lo que aquí se ha expuesto, habrás dado tu primer paso para comenzar tu práctica de yoga.


  Que la luz ilumine tus pasos. 


lunes, 11 de julio de 2011

PUNTO INICIAL



Todos buscamos la felicidad, pero pocos hacemos lo que debemos para desarrollarla.

  Si deseas que la felicidad sea el estado normal en el que se desenvuelva tu vida, haz ya lo que debes para conseguir dicho estado. 

  Apoyar nuestra forma de vivir en la recta presencia, recta actitud, recto pensamiento, recta palabra, recto sustento, recta concentración y recta atención, hace de nuestra existencia una fuente de riqueza para nosotros y para todos los que nos rodean.

  El yoga es una práctica que te puede ayudar a integrar todos estos aspectos en tu vida. Para hacer que el yoga  forme parte de tu forma de estar, percibir y mostrarte a los demás, debes asumir el compromiso de comenzar a practicarlo. 

  Si la práctica es adecuada y está acompañada por la disciplina, la fe y la pasión por reencontrarte contigo mismo, sobre todo con ese estado de calma interior que a todos nos hace sentir tan dichosos, harás del yoga una actividad que con el tiempo te transformará en un ser mas presente, observador, poderoso, consciente, compasivo y alegre.

  Que la paz sea contigo.