En este nuevo paso debemos seguir completando nuestro recorrido, añadiendo a la sesión los asanas que van a ser la columna vertebral sobre la que se base la actividad en sí.
En primer lugar debemos asimilar que la sesión va a estar compuesta por varios tipos de asanas y dentro de ellos habrá cinco que serán la base de nuestro trabajo:
- Asanas frontales o de movimiento del tronco hacia delante.
- Asanas traseros o de movimiento hacia detrás.
- Asanas laterales.
- Asanas de torsión.
- Asanas de inversión.
Además de estos, podemos añadir con el tiempo otros tipos de asanas como son los de equilibrio y fuerza o la combinación de ambos para trabajar con más intensidad otras facetas personales, por que, no debemos olvidar que el cuerpo y la mente están extrechamente relacionados y que cuando incidimos en uno de ellos, el otro se ve directamente afectado.
No obstante y antes de seguir con los asanas y la configuración de la sesión personal, asegurate de que la tonificación o el calentamiento, como desees llamarlo, es completo y el efecto secundario es bueno. Es decir, ahora lo importante es que, una vez que tienes el lugar, has decidido la hora y has tomado el compromiso, debes prácticar la tonificación hasta que sepas hacerla con los ojos cerrados y llevando tu atención a todo lo que estás haciendo, a los músculos, tendones, ligamenteos, aparato respiratorio, circulatorio, linfático, nervioso, organos y demás.
Que la luz ilumine tus pasos.