Seguimos avanzando en la
“evolución” del ser humano olvidando que lo único que estamos haciendo es
prolongar la convivencia con el miedo a vivir en amor entre todos nosotros.
Seguimos convencidos de que debe
producirse un cambio olvidando que dicho cambio nace en cada pensamiento,
palabra y acto que desarrollamos durante cada segundo de nuestra existencia.
Seguimos esperando un cambio que podría
estar naciendo aquí y ahora si decidiésemos pensar, comunicar y existir más
amorosamente cada instante de nuestra vida.
Y seguimos…
Cada día somos más los que hemos
descubierto estar viviendo en un sistema que nos invita a estar dormidos, a
manifestarnos desde el miedo, a un sin vivir que lo único que nos proporciona
son destellos de esa dicha que es nuestra verdadera naturaleza.
Cada segundo seguimos abordando
el día a día mirando el reloj en pos de un nuevo placer o de una nueva
distracción olvidando que la dicha de vivir nace en el sencillo acto de
respirar, estar y percibir la vida tal cual se desarrolla. Olvidando que la
dicha nace en el sencillo compartir estar uno al lado del otro, de cerrar los
ojos y comenzar a captar todo desde loso ojos y la sabiduría del corazón.
La dicha de vivir nace cuando
decidimos exponernos de forma auténtica, de forma natural y sincera hacia los
demás a pesar de la falta de costumbre y de ir en contra de lo que el sistema
enseña.
Olvida por un momento todo y
expresa de verdad desde tu interior sin memoria, sé amor sin tener que saber
qué es o cómo se expresa, déjalo salir sin más a ver que ocurre. Es posible que
te sorprenda saber que tú siempre has sido un maestro del amor, oxidado por el
tiempo que llevas sin expresarlo. Y si ya lo eres y eres consciente de ello,
además de tener buen rodaje tras tus espaldas, proyéctalo junto a todos los que
ya lo están haciendo disfrutando de compartir tu valentía de estar en amor.
La mayoría de nosotros, semillas
divinas del amor, estamos estancados en un sistema mental que nos impide
convertir todo lo que somos en el verdadero paraíso que la divina providencia ha
dispuesto para nosotros. Un contexto donde, si cada ser humano que naciese,
fura respetado como un alma divina, bailaríamos en amor, cantaríamos de placer,
y sostendríamos el conocimiento de que todos somos una gran familia, la cual,
puede apoyarse en la máxima de que LA LLAVE ES AMAR, sin más. Si cada uno de
nuestros pensamientos, palabras y actos fueran proyectados desde esta verdad,
el PARAISO, renacería ante nuestros
ojos.
A la espera de que pase de una
forma global, os invito, hermanos míos a que cada uno de nosotros mantenga su
granito de amor, lo ponga a partir de ahora con más constancia o se abra a
manifestarlo de vez en cuando.
¡¡¡Sería mucho más divertido
vivir, sabiendo
que el amor es la nota preponderante!!!