sábado, 8 de diciembre de 2012

La pinza: una forma intensa de estirar la espalda




Los  distintos asanas que invita a experimentar el arte del yoga tienen profundos efectos sobre el cuerpo y la mente. No podemos hacer algo con el cuerpo físico sin que esto afecte a la mente y cuando añadimos conciencia sobre lo que estamos haciendo el efecto es aun más poderoso. De ahí el profundo y duradero efecto que puede llegar a tener la práctica de yoga en nuestra vida.



La pinza es un asana clásico que suele estar incluido en la mayor parte de las sesiones de yoga. Cuando uno se acerca a este asana y comienza, a través de la práctica diaria, a sentir el profundo efecto que tiene en el cuerpo, se da cuenta de que hay pocas formas más profundas de estirar todos los músculos de la espalda.

La introspección en la que nos embarcamos cuando hacemos este asana es muy intensa. Es un asana en el que aprendemos a interiorizar, a observar qué hay en nuestra mente, a conocernos con más intensidad.

A nivel muscular, añadiendo algo más a lo que ya sabemos sobre el estiramiento de la espalda, debemos decir que los dos nervios ciáticos reciben una uniforme (siempre que los pies estén juntos y a la misma altura, además de llevar la punta de los píes hacia arriba) estiramiento desde su zona sacra hasta la puntas de los pies.

Otras zonas musculares que reciben estiramiento son los cuadrados lumbares, el iliocostal, el dorsal, el trapecio inferior, el glúteo, los isquiotibiales y gemelos, entre otros.

La presión que ejerce este asana en la zona abdominal, con el consecuente masaje en todos sus órganos, es de inestimable beneficio para estimular, desintoxicar y mejorar el funcionamiento del hígado, estómago, páncreas, bazo e intestinos. La vejiga, aquí, recibe un profundo masaje gracias a la contracción del psoas iliaco y cuadriceps, sin olvidar que esta presión y masaje podemos ampliarla aplicando una llave energética activando los músculos pubocoxigeos.

La práctica de yoga, más allá del beneficio sobre el cuerpo físico, puede llegar a  aclarar el cielo que cubre tu mente para, un día y sin saber cómo ha llegado, encontrar la luz que tan dichoso nos hace a todos. Hablo de estar simplemente “en paz” de tener “calma y sosiego en tu interior” de saber que “tienes el poder de seguir aportando calma y equilibrio a todas las cosas animadas e inanimadas que te rodean”.

Un abrazo de luz.