Estamos de acuerdo en que actualmente el problema principal es el sobrepeso, pero debemos tener en cuenta
que hay un importante porcentaje de personas con el problema contrario, es
decir, la dificultad para almacenar grasas, retener líquidos y tener así alguna
reserva energética.
Es más, seguro que conoces a
alguien en tu entorno excesivamente delgado y aunque es un síntoma físico que
se relaciona con “estar bien” o “tener salud” cuando la delgadez rebasa ciertos
límites, no lo es. Si profundizas y hablas con estas personas verás que les
incomoda su constante bajo peso y que están muy interesados en coger algo de
grasa. Pero no saben que hacer para lograrlo y, muchos, aún sabiéndolo no consiguen
alcanzar su objetivo.
Si existe algún tipo de persona que
le venga bien practicar pesas, esa es justamente la persona delgada. Practicar levantamiento de
pesas es uno de los ejercicios con más poder de aportar peso y tierra a personas
con excesiva movilidad y viento en su vida, excepto en los casos de debilidad
corporal provocada por la delgadez.
El tipo de yoga que les viene
bien a los que son delgados, los cuales, suelen ser hiperactivos, nerviosos y
en constante movimiento es un yoga relajante con algunas posturas de fuerza que
les ayuden a tomar tierra. La sesión que va enfocada a personas con excesiva
delgadez, debe ayudarles a relajar su mente hiperactiva y a asentar su cuerpo
en la tierra.
La forma en la que la práctica de
yoga nos va a dar la posibilidad de mejorar nuestra situación para poder
adquirir esos kilos que nos faltan para sentirnos completos, está estrechamente
relacionada con el aumento de la conciencia sobre nuestros hábitos de vida. La
práctica de yoga nos permite ser mucho más conscientes de nuestra forma de
hacer las cosas, permitiéndonos ver la razón por la que nuestro cuerpo tiende a
desgastarse continuamente. De esta forma comprendemos nuestra naturaleza, la
tendencia que tiene y la forma de contrarrestarla.
Lo primero que la práctica de
yoga te concede es mucha más conciencia sobre tus hábitos de vida. Lo normal es
que una persona delgada sea muy activa y tienda al movimiento, lo que le hace
desgastarse y le impide coger peso, aunque coma más pues, lo que aquí nos
interesa es parar, ralentizar el ritmo al que vivimos para conseguir aportar a
nuestro cuerpo tiempo de reposo para tomar lo que necesita y crear un espacio
para almacenar reservas energéticas.
Si eres de esas personas delgadas
que siempre está al límite de sus reservas y siente inquietud por la
incapacidad de adquirir unos kilos de más, debes tener en cuanta lo siguiente:
El cuerpo engorda es a través de
los alimentos que tomamos, de la forma en la que los comemos y, sobre todo, de
los hábitos con los que los acompañamos. Si observas a la gente obesa, verás
que tienen hábitos tranquilos y que se toman la vida con mucha parsimonia. Y
sin embargo, a ti parece faltarte tiempo para todo, pues siempre tienes algo
que hacer, ya sea físico o mental. Siempre dándole vuelta a todo.
¿Y si nos intercambiáramos los
papeles por unos días? ¿Qué sucedería? Pues, como podrás comprender, el que
tiene sobrepeso perdería y el que lo necesita lo cogería. Ahora, ¿cómo puede
una persona delgada adoptar hábitos para engordar? Pues añadiéndolos a su vida
y manteniéndolos el tiempo suficiente como para que comiencen a ser parte de tu
forma de hacer las cosas.
Una de las cosas que te va a ayudar
a conseguir el objetivo de aumentar el peso es tener el objetivo final en tu
mente y la sensación que te transmite dicho objetivo futuro cumplido.
Visualízalo un poco cada día y observa como tu cuerpo, una vez que mantienes lo
nuevos hábitos, comienza a coger peso.
Por lo tanto y resumiendo, lo que
podemos hacer para conseguir alcanzar un peso más equilibrado es:
1.
Ser conscientes de nuestra naturaleza activa y
comprender que debemos cambiar nuestros hábitos mentales y físicos para
ralentizarla.
2.
Aportar hábitos más tranquilos y sosegados en todos los
aspectos. Comer a una hora determinada siguiendo un orden, incluyendo en
nuestra dieta alimentos más pesados, dormir la siesta cuando nos sea posible,
añadir ejercicios anaeróbico para aportar más tierra, como las pesas o un yoga
más relajante con ciertas posturas de fuerza, etc.
3.
Tomar alimentos pesados que requieran de una digestión
lenta, dándole a cuerpo el tiempo de relax que necesita para desplegar el mecanismo
metabólico ideal para poder digerir y absorber los alimentos.
4.
Mantener el objetivo de tener un peso más equilibrado y
sentir la sensación de vivirlo mientras nos acercamos el objetivo.
Todo objetivo tiene un camino y
para conseguirlo hay que recorrerlo. Comenzamos por creer en ello y luego
hacemos lo necesario para lograrlo. Así que, ánimo, creé en ti y pon de tu
parte todo lo que esté en tus manos, pues, pronto comenzarás a coger peso y a
estar un poco más tranquilo y a gusto. El cuero es parte de la experiencia de
la vida y ahora tienes algo más de información sobre como mantenerlo en
equilibrio.
Espero que este artículo haya
sido de vuestro agrado.