Seguro que te has encontrado en alguna ocasión en
medio de una conversación donde alguien dice ser profesor de yoga. Tras unos
minutos, percibimos que dicho profesor de yoga no difiera mucho de otras
personas con las que coincidimos durante el día. Es más, muchos de ellos no cumplen
muchos de los aspectos que demandan los 8 caminos del yoga, como son ser
pacífico de pensamiento, palabra y acto.
Vivimos en una cultura donde cualquier persona puede
enseñar cualquier cosa, pero, ¿no sería realmente útil que los que enseñan una
materia la llevasen integrada en su forma de vida para que fuera más eficaz?
En los siguientes artículos que iré colgando estos
días, voy a abordar algo de suma importancia, que no es otra cosa que lo que es
yoga en toda su dimensión y lo que supone tanto para el que enseña como para el
que recibe dicha formación de vida.
Si tenemos en cuenta lo que sugiere la senda del yoga,
tendremos que cumplir algunos aspectos relacionados con nuestra forma de
relacionarnos con nosotros y con el mundo que nos invitará a rozar formas de
existir que sólo algunos seres humanos han podido desarrollar a lo largo de su
vida.
Si apuestas por enseñar y compartir yoga, lo que vas a
leer a continuación es algo que debes tener en cuenta para poder evaluar tu
labor en el campo de este arte milenario que puede hacerte comprender la luz
que llevas dentro y la forma de compartirla con los demás.
Uno de los preceptos principales es la no violencia,
lo cual, nos propone que tanto en nuestros pensamientos, palabras como en
nuestros actos, no haya violencia, sino paz y armonía. ¿Qué significa esto
exactamente? Bien, la no violencia, o para empezar a verlo desde una
perspectiva distinta, la paz, es una forma de vivir que viene apoyada en la
idea de aportar paz en todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
Manifestarse en paz es una forma de vivir no
compatible con lo que vende el sistema de consumo, violento y controlador en el
que vivimos y vemos todos los días. Ser pacífico va en contra de las
necesidades del sistema y destaca por ser
algo extraño y peculiar entre los seres humanos programados por el sistema
actual.
Manifestarse de una forma no violenta es algo que no
es lógico, que no sigue un patrón social y menta coherente con "lo que es
la vida y la forma de sobrevivir te invita a estar alerta, a ser violento si
deseas sobrevivir".
¿Sería compatible esto con comer alimentos animales?
No, ya que para poder comerte un animal debes matar, es decir, ejercer la
violencia, tanto si lo haces directamente como si demandas tal acción.
¿Sería esto compatible con el uso de un lenguaje
agresivo que juzgue o ataque a alguien? No, ya que todo rastro de violencia en
nuestra forma de pensar, hablar o hacer, es una forma de evitar este precepto.
¿Podría ser compatible con la necesidad de herir
físicamente a alguien, ya sea a través de los pensamientos, las palabras o
nuestros actos? No, ya que toda forma de agresión está englobada dentro de la
violencia. La crítica y la queja forman parte de un nivel de violencia
sumergido que puede llegar a crear brotes de violencia importantes.
Si deseas trabajar la no violencia o la paz, puedes:
1.
Integrar
prácticas personales que te permitan estar más presente con respecto a los
pensamientos que proyectas, las palabras que usas y los actos que ejecutas.
Impregnar todo esto de amor es el camino.
2.
Hacer
una evaluación diaria, antes de irnos a dormir de los momentos en los que hemos
sido violentos para aprender y aportar una nueva forma de hacer las cosas.
3.
Nutrir
nuestros pensamientos, forma de comunicación y actos de paz de una forma
práctica, en todo lo que hacemos durante el día.
4.
Recordar
que eres luz y oscuridad y que siempre puedes elegir entre manifestar paz o violencia.
5.
Construir
una forma de vida que te ayude a crear paz y dejar apartada la violencia.
6.
¡¡¡Practicar
Yoga a diario!!!
Un abrazo inmenso.