Estamos acostumbrados a seguir
utilizando la misma fórmula diaria creyendo que así llegaran resultados
diferentes para darnos cuenta, al pasar el tiempo, que esto no es así. Cuando
Einstein dijo “si deseas un resultado distinto debes utilizar una fórmula diferente”
estaba haciendo alusión a esto; si deseamos cambiar debemos recorrer otros
caminos, integrar nuevas formas de pensar, ver y hacer las cosas.
Si queremos bajar, equilibrar e
incluso hacer desaparecer el estrés, tendremos que hacer algo distinto a lo que
hacemos actualmente. Y para conseguir resultados óptimos, tendremos que tener
clara la estrategia que vamos a seguir, siendo fiel a la misma hasta conseguir
nuestro objetivo. El yoga puede ser tu método personal para combatir el estrés
por muchas razones que luego veremos.
¿Qué es el estrés?
El estrés es el nombre que se le
da a una serie de síntomas que tienen que ver con la aceleración de los
procesos internos del cuerpo. Todos hemos escuchado alguna vez expresiones como
“estoy acelerado” “estoy como una moto” “creo que si sigo así voy a explotar”. Cuando
la velocidad a la que haces funcionar tu cuerpo se junta con la falta de
atención sobre el mismo, vienen todos los síntomas que provoca el estrés.
Vivimos en una época en la que
todo se ha acelerado, en la que nuestra capacidad de distracción nos impide
percibir el verdadero caos que existe en nuestro interior, pudiendo sólo, en la
mayor parte de los casos, percibir los efectos secundarios que provoca el estrés,
o sea, la enfermedad y los síntomas a través de los cuales se manifiesta.
Aunque en muchos casos, incluso, se evita prestarles atención excepto cuando
son demasiado fuertes y nos impiden “seguir utilizando la misma fórmula de
vida”.
El estrés es la razón de la mayor
parte de los problemas de salud que vive el ser humano en estos momentos. Son
muchas las enfermedades que puede provocar en los cuatro niveles, el físico
(deterioro del sistema inmunológico junto con todas las enfermedades que da
lugar), el mental (falta de concentración, mala memoria, hiperactividad), el
emocional (miedo, cambios de humor, depresión y manías) y energético
(dificultad para equilibrar los ritmos diarios, baja energía corporal, falta de
ánimo para abordar el día a día).
Es cierto que el estrés, dentro
de unos márgenes sostenibles, puede hasta ayudarnos a enfocar la rápida y
exigente forma de vida que hemos elegido pero, cuando estos niveles son
demasiado altos, comenzamos a padecer sus consecuencias, lo que nos lleva a un
estado de infelicidad del que nos es más complicado salir cuanto más tiempo permanecemos
en dicho nivel de estrés. De una forma u otra, debido a la común rapidez con la
que se vive hoy en día, sería muy arriesgado y poco recomendable apoyarse en esto
para vivir la vida.
¿Por qué es tan efectiva la práctica diaria de yoga ante el estrés?
Seguro que alguna vez has tenido
que retirar la mano del fuego para evitar quemarte o la boca del vaso cuando
estabas probando la temperatura de la infusión que acaban de servirte. Lo que
has hecho es ser consciente, a través de tu sistema nervioso, de que el cuerpo
estaba a punto de sufrir un daño. El estrés, es como el fuego, penetra sutil
pero profundamente aunque, a diferencia de la forma en la que sentimos el
quemazón del fuego, el estrés es más complicado de detectar pues hace falta
mucha atención y conexión con el cuerpo para sentir su existencia, lo que nos
lleva a sufrir los síntomas que provoca cuando se instala en nuestro cuerpo
durante un determinado tiempo.
La práctica de yoga es
tremendamente eficaz contra el estrés, pues, nos ayuda a permanecer más tiempo
aquí y ahora, a ser más consciente del cuerpo en el que habitamos y el estado
en el que se encuentra en todo momento. De estar forma nos es más fácil, no
sólo detectar la existencia de los primeros brotes de estrés sino, cualquier
emoción que nazca, cualquier síntoma que aparezca o cualquier pensamiento que
nos perturbe.
A través de la presencia que
vamos adquiriendo con la práctica nos es más fácil percibir el estado físico,
mental, emocional y energético que tenemos en cada instante. Desde ahí nos es
más factible decidir, en qué estado queremos estar.
No obstante, ser consciente de
nuestro estado sólo es un primer paso pues, tras él, hay que poner en marcha
una estrategia para lograr cambiarlo. El yoga es una práctica que nos aporta la
estrategia, en conocimiento y herramientas personales, para lograr dicho cambio
hacia un estado de bienestar. Una vez que somos conscientes del estado de estrés
en el que vivimos, con la ayuda del yoga podemos, si lo deseamos, comenzar a elaborar
un plan diario para superarlo, aunque necesitaremos aportar grandes dosis de
disciplina, perseverancia y fe.
La práctica diaria de yoga te
aporta la conexión que necesitas con la respiración, el cuerpo y las buenas
sensaciones en las que se traduce esto, invitándote a seguir en contacto con
ellas para cerrar las puertas a la distracción, las prisas y la necesidad
mental de pasado y futuro que finalmente nos inyecta ese estrés que tanta
insatisfacción nos puede llegar a crear.
Los resultados son progresivos y
necesitarás persistir y saber que todo sucederá tarde o temprano, dar un paso
tras otro, para conseguir sentir los beneficios de la práctica. La cuestión es
que cuando uno consigue dichos resultados estos terminan siendo muy sólidos,
pues, se apoyan en un proceso que se ha ido construyendo piedra a piedra, paso
a paso, siéndonos una base muy sólida para cualquier cosa que tengamos que
abordar en la vida.
Cuando uno integra la presencia y
la dicha que la práctica de yoga te hace sentir, ya no necesitas sentir estrés
para hacer tu práctica, sino que, la desarrollas para conectar con la sensación
de bienestar que tanta luz arroja a tu sendero de vida. Todo lo comienzas a
vivir desde ahí, haciendo que tu existencia sea un oasis para ti y los demás.