En primer lugar, voy a explicar
que a lo que nos estamos refiriendo es al abdomen y más concretamente al recto
abdominal, oblicuo y transverso.
En segundo lugar decir que un
músculo se puede fortalecer, pero, dependiendo de la zona donde esté y de lo
que lo cubra, será más o menos costoso conseguir que se manifieste en la
superficie de nuestro cuerpo. Y todos sabemos que el abdomen es un lugar muy atractivo para la grasa que, gracias a hábitos sedentarios, termina asentándose en nuestra vida y en nuestro abdomen.
Todos estamos de acuerdo en que trabajar el cuerpo mejora el funcionamiento de la mente. La práctica de yoga hace trabajar a ambas en armonía, enfocando el funcionamiento de nuestra mente y mejorando el aspecto y la salud de nuestro cuerpo. De alguna forma y dependiendo de los objetivos asánicos que nos propongamos, con el tiempo el practicante de yoga se convierte en todo un atleta.
Muchos de los asanas trabajan, fortalecen y rejuvenecen el recto abdominal, el transverso y el oblicuo. De ahí a tener un abdomen plano hay que hacer un poco más de trabajo, como es perder peso y disminuir la acumulación de cuerpo graso en la zona abdominal. Esto también se puede conseguir con el yoga y hay que tener paciencia para ver los resultados.
Debemos comprender que estos asanas tendrás que ser integrados dentro de una sesión más completa, pero nos será de ayuda tenerlos en cuenta a la hora de trabajar la zona sobre la que estamos hablando, es decir, el abdomen.
La mejor forma de ir
hacia el “objetivo” es simplemente disfrutando de la práctica, a la vez que
añadimos cambios a nuestros hábitos de vida. No olvidemos que la salud no se
concentra sólo en esta zona, pues nuestro cuerpo es un universo de sistemas que trabajan coordinadamente para permitirnos vivir una vida plena, sobre todo si los enseñamos a estar en equilibrio, fruto que se consigue con una disciplinada y perseverante práctica personal.
Un abrazo y espero que haya sido de vuestro agrado lo que he expuesto.