Son muchos los beneficios de los ásanas de torsión, de ahí la importancia de introducirlos en nuestra sesión de yoga.
Por citar algunos de sus
beneficios, diremos que trabajan equilibrando nuestros dos hemisferios
cerebrales, limpian las fosas nasales (si prestas atención al deshacerlos,
percibirás que la entrada de aire por la nariz es más intensa y fluida), masajean,
la mayor parte de ellos, la zona de los intestinos por la presión que demandan
las posturas en sí. Equilibran y dan fuerza a la columna. Evitan que las desviaciones
vayan a más, además de muchos otros.
Son muchos los músculos que
participan en los ásanas de torsión, los cuales, se reparten por todos el
cuerpo, haciendo que participen una gran cantidad de conjuntos musculares durante
su desarrollo.
Los ásanas de torsión pueden
desarrollarse añadiendo otros elementos de hatha yoga, como el equilibrio o la
fuerza, aumentando así la dificultad de su ejecución.

Introduce en tu sesión ásanas de
torsión, variando su ejecución, tanto desde de pie, como sentado, con las
piernas estiradas, cruzadas, boca abajo o boca arriba y verás los grandes
beneficios y el placer que te transmiten todos ellos.
Espero que este pequeño artículo
sea de tu agrado.